El término nini es un neologismo procedente de la expresión "ni estudia ni trabaja". Tal y como explica la Fundación del Español Urgente (Fundéu), esta palabra en su significado original se utilizaba para aludir a jóvenes que por decisión propia ni estudiaban ni trabajaban, actualmente también se emplea para referirse a los que ya han finalizado sus estudios y no encuentran trabajo por falta de oportunidades laborales.
Esta situación no solo se
ve influida por la propia persona, porque piensan que no tienen ningún talento,
tienen la autoestima baja, no encuentran una vocación o siemplemente no quieren
hacer nada, sino también por su entorno. En cuanto al familiar, si sus
padres son permisivos y dan al joven todo cuanto desea, hay más probabilidad de que en un futuro sea un nini. También puede ocurrir por tener una familia
disfuncional y dificultades en el mercado laboral, por lo que pueden tener
pocas oportunidades de empleo.
Estos jóvenes pueden suponer
problemas a la familia, viéndose obligados a mantenerles, y al país, ya que no
dejan colaborar positivamente en su desarrollo y el gobierno tiene que dar más
presupuestos para hacer programas sociales de ayuda.
Según este gráfico de la OCDE, España es el país con mayor porcentaje de jóvenes que ni estudian ni trabajan de toda la UE. Uno de cada cuatro (el 25,79%) personas entre 15 y 29 años.
A pesar de la situación que provocó la crisis económica, ha forzado a los jóvenes a permanecer más tiempo en el sistema educativo. El porcentaje de los adultos que se matriculan en algún programa de educación formal después de terminar la educación obligatoria (es decir, después de los 16 años) ha ido creciendo a un ritmo más rápido en España que en la OCDE, apunta este estudio. Antes de la crisis, en 2008, alrededor del 81% de los jóvenes entre 15 y 19 años y el 21% de los de 20 a 29 años estaban matriculados en algún programa educativo. En 2012, estos porcentajes subieron hasta el 86% para los jóvenes de entre 15 y 19 años y hasta el 28% para los de 20 a 29 años. En los países de la OCDE, el incremento ha sido menor: del 81% al 84% en el primer caso y del 25% al 28% en el segundo.
Creo que este es un gran problema, ya que en este país hay muchos jóvenes que no tienen motivación para formarse, ni para trabajar. Bien sea por ellos mismos, o por el entorno. Deberíamos actuar cuanto antes para que esta cifra disminuya.
En mi opinión, los padres tienen gran responsabilidad, otorgándoles todo lo que ellos quieren, y de esta manera piensan que sin esfuerzo pueden conseguir lo que deseen.
Ellos tienen el papel de establecer un límite, y tienen que hacerles ver que tienen que cambiar de actitud y afrontar la realidad, ya que en algún momento abandonarán el hogar familiar y no tendrán medios para subsistir.
Cuanto más tiempo estén sin estudiar ni trabajar, se acostumbran y después sera más difícil que vean ese cambio.
De hecho, en Estados Unidos, algunos celebrities como Ahston Kutcher y Mila Kunis han desheredando a sus hijos para donar toda su fortuna para que persigan sus sueños y luchen por alcanzar la vida que tienen ahora, pero desde cero.
Una posible solución es informarles sobre todos los caminos que pueden coger para formarse. Si no se ven lo suficientemente motivados como para iniciar el bachiller o una carrera existen múltiples opciones que pueden tomar, y a lo mejor por desconocimiento prefieren dejar de estudiar. Hablándoles sobre formación profesional, ciclos, módulos, grados, etc. pueden sentirse atraídos por alguna de estas opciones. Además, de acuerdo con Dirk van Damme, deberían aumentar el número de las citadas anteriormente.
También las charlas de expertos en institutos y colegios pueden ser efectivas y despertar interés en ellos, y de esta manera obtengan la información necesaria.
En cuanto a los datos del Instituto de la Mujer estoy de acuerdo con Laura Tremosa y Eulalia Pérez Sedeño, ya que las mujeres se han mantenido alejadas de la evolución tecnológica y nuestra sociedad sexista asigna diferentes roles a unos y otros. Debemos normalizar la igualdad de género en todas las profesiones, no solo hombres pueden dedicarse a ciertos empleos y mujeres al cuidado de la casa, ambos son aptos para realizar todas estas actividades.
Esto va en relación con mi última entrada sobre el género de los juguetes, ya que desde pequeños nos inculcan que el género masculino debe dedicarse a profesiones que impliquen más fuerza y valentía, como bomberos o policías, y el femenino al cuidado del hogar y los hijos. Tenemos que dar libertad a los niños para este tipo de decisiones desde un principio.
También se debe apoyar e impulsar las actitudes emprendedoras. El empleo tradicional no es el único camino al que pueden optar. El emprendimiento, la creación de empresa y la inversión son grandes opciones para un gran segmento de la poblacion. En cuanto a esto, me parece una gran idea la asignatura de ''iniciativa emprendedora'' que se cursa en 4º de la E.S.O e incluso deberían ponerla en cursos inferiores para que conozcan la idea y oportunidad del negocio, desarrollen la creatividad, tengan un plan de empresa y trabajen con los recursos necesarios.
Por otro lado, considero necesario ayudas para las personas que no han terminado sus estudios puedan retomarlos en una escuela de adultos
Además de esto, los jóvenes tienen que hacerse notar para ser contratados, no van a encontrar trabajo sin buscar activamente.
Como conclusión, lo más importante es la MOTIVACIÓN, y animarles a que estudien y/o trabajen.
Para finalizar, os adjunto este vídeo de Arturo Villegas, conferencista motivacional, comentando el peligro de ser ninis.
Os dejo las fuentes que he utilizado en mi Symbaloo.
Según este gráfico de la OCDE, España es el país con mayor porcentaje de jóvenes que ni estudian ni trabajan de toda la UE. Uno de cada cuatro (el 25,79%) personas entre 15 y 29 años.
El director de Innovación e Indicadores de
Progreso de la dirección de Educación de la OCDE, Dirk van Damme, ha señalado que los ninis suponen
"un gran problema para España" y pidió que haya "una oferta
educativa acorde" con la realidad de estos jóvenes. En su opinión, la
solución pasa por "aumentar" la Formación Profesional.
Según la OCDE, "cuando el mercado laboral
se deteriora, los jóvenes que hacen la transición de la escuela al trabajo son
a menudo los primeros en encontrar dificultades". El problema es que en
España, a diferencia de lo que ocurre "en la mayoría de los otros
países", los ninis se encuentran
en el paro, es decir, están buscando trabajo. El 19% se encuentra en esta
situación frente al 6% de media de la OCDE. Frente a ellos, hay un 7% de jóvenes
españoles (9% en la OCDE) que son ninis inactivos, que ya no buscan
empleo.
La causa de este
fenómeno se sitúa en la época dorada del ladrillo, esos años de
principio de siglo que hicieron colgar los libros a muchos jóvenes, atraídos
por la promesa del dinero rápido.
Otro de los datos espeluznantes del informe es que casi la mitad de los españoles de entre 25 y 64 años (el 45%) no ha terminado ni el Bachillerato ni su equivalente de FP. Como mucho, cursó la educación secundaria obligatoria; es decir, estudió hasta los 16 años. Este porcentaje español casi dobla al 24% que presenta la media de la OCDE.
Otro de los datos espeluznantes del informe es que casi la mitad de los españoles de entre 25 y 64 años (el 45%) no ha terminado ni el Bachillerato ni su equivalente de FP. Como mucho, cursó la educación secundaria obligatoria; es decir, estudió hasta los 16 años. Este porcentaje español casi dobla al 24% que presenta la media de la OCDE.
A pesar de la situación que provocó la crisis económica, ha forzado a los jóvenes a permanecer más tiempo en el sistema educativo. El porcentaje de los adultos que se matriculan en algún programa de educación formal después de terminar la educación obligatoria (es decir, después de los 16 años) ha ido creciendo a un ritmo más rápido en España que en la OCDE, apunta este estudio. Antes de la crisis, en 2008, alrededor del 81% de los jóvenes entre 15 y 19 años y el 21% de los de 20 a 29 años estaban matriculados en algún programa educativo. En 2012, estos porcentajes subieron hasta el 86% para los jóvenes de entre 15 y 19 años y hasta el 28% para los de 20 a 29 años. En los países de la OCDE, el incremento ha sido menor: del 81% al 84% en el primer caso y del 25% al 28% en el segundo.
Además, según datos del Instituto de la Mujer únicamente un 25,64% del alumnado universitario que estudia
ingeniería y arquitectura son mujeres. Ello explica que las plantillas de las empresas de base
tecnológica sean mayoritariamente masculinas y que haya una abultada desigualdad de género en las
ocupaciones de los sectores de alta tecnología, donde las mujeres
representan menos del 30%.
Laura Tremosa trataba de
expresar algunas de las razones por las que históricamente “las mujeres se han
mantenido tal alejadas de la evolución tecnológica”. En su opinión, “bien
podría decirse que el aparente divorcio de las mujeres y la tecnología tiene
sus raíces en una doble división del trabajo, por una parte la división sexual
que hizo que las mujeres, a medida que la organización social avanzaba hacia el
modelo actual, quedaran como especialistas en la reproducción (tener hijos y la
multiplicidad de trabajos domésticos) y, por otra, la división entre trabajo
manual e intelectual que alejó a las pocas mujeres que tuvieron acceso a la
cultura de un tipo de desarrollo como es el técnico, resultado de la
articulación de los conocimientos prácticos como los científicos”.
De su lado, Eulalia Pérez Sedeño,
en “Factores contextuales, tecnología y valores: ¿desde la periferia?”, apunta también a esta división de roles en la relación
entre las mujeres y la tecnología:
- “Nuestra sociedad sexista asigna diferentes
roles a unos y otras, por lo que hombres y mujeres tienen una relación
diferente con la tecnología que, en el caso de ellas, se ve distorsionada por
los estereotipos de género. Debido a los procesos de socialización a que se ven
sometidas las mujeres y a que adoptan determinados roles sexuales (como el de
madre o ama de casa) se considera que determinadas profesiones o trabajos (como
la ingeniería o la computación) no son adecuados para ellas (…) estos son los
motivos de que las mujeres vayan uno o varios pasos detrás de los varones en su
relación con la tecnología”.
Creo que este es un gran problema, ya que en este país hay muchos jóvenes que no tienen motivación para formarse, ni para trabajar. Bien sea por ellos mismos, o por el entorno. Deberíamos actuar cuanto antes para que esta cifra disminuya.
Ellos tienen el papel de establecer un límite, y tienen que hacerles ver que tienen que cambiar de actitud y afrontar la realidad, ya que en algún momento abandonarán el hogar familiar y no tendrán medios para subsistir.
Cuanto más tiempo estén sin estudiar ni trabajar, se acostumbran y después sera más difícil que vean ese cambio.
De hecho, en Estados Unidos, algunos celebrities como Ahston Kutcher y Mila Kunis han desheredando a sus hijos para donar toda su fortuna para que persigan sus sueños y luchen por alcanzar la vida que tienen ahora, pero desde cero.
Una posible solución es informarles sobre todos los caminos que pueden coger para formarse. Si no se ven lo suficientemente motivados como para iniciar el bachiller o una carrera existen múltiples opciones que pueden tomar, y a lo mejor por desconocimiento prefieren dejar de estudiar. Hablándoles sobre formación profesional, ciclos, módulos, grados, etc. pueden sentirse atraídos por alguna de estas opciones. Además, de acuerdo con Dirk van Damme, deberían aumentar el número de las citadas anteriormente.
También las charlas de expertos en institutos y colegios pueden ser efectivas y despertar interés en ellos, y de esta manera obtengan la información necesaria.
En cuanto a los datos del Instituto de la Mujer estoy de acuerdo con Laura Tremosa y Eulalia Pérez Sedeño, ya que las mujeres se han mantenido alejadas de la evolución tecnológica y nuestra sociedad sexista asigna diferentes roles a unos y otros. Debemos normalizar la igualdad de género en todas las profesiones, no solo hombres pueden dedicarse a ciertos empleos y mujeres al cuidado de la casa, ambos son aptos para realizar todas estas actividades.
Esto va en relación con mi última entrada sobre el género de los juguetes, ya que desde pequeños nos inculcan que el género masculino debe dedicarse a profesiones que impliquen más fuerza y valentía, como bomberos o policías, y el femenino al cuidado del hogar y los hijos. Tenemos que dar libertad a los niños para este tipo de decisiones desde un principio.
También se debe apoyar e impulsar las actitudes emprendedoras. El empleo tradicional no es el único camino al que pueden optar. El emprendimiento, la creación de empresa y la inversión son grandes opciones para un gran segmento de la poblacion. En cuanto a esto, me parece una gran idea la asignatura de ''iniciativa emprendedora'' que se cursa en 4º de la E.S.O e incluso deberían ponerla en cursos inferiores para que conozcan la idea y oportunidad del negocio, desarrollen la creatividad, tengan un plan de empresa y trabajen con los recursos necesarios.
Por otro lado, considero necesario ayudas para las personas que no han terminado sus estudios puedan retomarlos en una escuela de adultos
Además de esto, los jóvenes tienen que hacerse notar para ser contratados, no van a encontrar trabajo sin buscar activamente.
Como conclusión, lo más importante es la MOTIVACIÓN, y animarles a que estudien y/o trabajen.
Para finalizar, os adjunto este vídeo de Arturo Villegas, conferencista motivacional, comentando el peligro de ser ninis.
Os dejo las fuentes que he utilizado en mi Symbaloo.
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