La pérdida del poder adquisitivo de los pensionistas o los cambios anunciados por el gobierno respecto a los planes de pensiones privados han sido algunos de los motivos de la movilización.
La manifestación de Madrid, en la que han participado más de 15.000 personas, ha sido liderada por CCOO y UGT, junto con otros movimientos ciudadanos.
Estos lideres dejaban claro que en este país hay una asignatura pendiente: las pensiones, que hay que revisar, y califican las peticiones de los pensionistas de ''muy razonables'', dado el crecimiento del país y los beneficios de las empresas.
Por su parte, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha exigido al gobierno que garantice unas buenas pensiones, porque debería ser la principal tarea del presidente Rajoy, al que ha acusado de ''destruir'' las pensiones de los jubilados, que construyeron España.
También en Barcelona la manifestación ha sido impulsada por la Marea Pensionista con apoyo de los sindicatos. Ha reunido a miles de personas jubiladas, pero también a muchos jóvenes, que rechazan el incremento del 0.25% de las pensiones para el 2018 y denuncian el empobrecimiento de los pensionistas, teniendo en cuenta que la economía española ha crecido un 3% en el último año y que los precios lo han hecho más de un 1%.
En Bilbao, una marea humana, con una participación de 115.000 personas, han recorrido las calles exigiendo unas pensiones públicas ''dignas'' y han pedido la dimisión del presidente del gobierno, advirtiendo que seguirán adelante con las movilizaciones y se han mostrado convencidos de que ganarán la batalla.
Se han visto carteles en los que se podía leer ''la pensión es un derecho, no una limosna''.
La lucha continua y puede que exista una huelga general. Los jubilados piensan que no quieren limosnas, que quieren mantener el nivel adquisitivo de todos los jubilados, no solo de algunos. Mientras tanto, seguirán en la calle. Una reivindicación a la que llaman a participar también a quienes no son pensionistas, porque dicen: nos preocupa el presente, pero mas el futuro.
Creo que por ejemplo las autonomías generan muchísimos gastos y luego no queda dinero suficiente para hacer frente a las pensiones de los jubilados, que tienen todo el derecho a luchar por lo que creen justo y los políticos tienen que tener en cuenta que en muchos casos, por desgracia, la escasa jubilación que perciben es también el sustento de la economía de sus hijos y nietos, dado el escaso trabajo que existe.
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